Esta mañana, antes de que sonara mi despertador a las 5.30am, me preguntaba por qué sigo yendo, como hosted buyer, a ferias por el mundo. Muchas de ellas suponen madrugones, maratones de citas, estrés al tener que combinar citas con el día a día de la agencia, comer rápido y mal, saludar a mil personas que te quieren vender lo suyo… Y la conclusión es… porque ¡vale la pena!
Y es que en realidad, es un privilegio. En cada una de ellas me encuentro con todos los amigos del sector (compañeros de la competencia a los que admiro, fieles proveedores) a los que me encanta volver a ver. Conozco a gente interesantísima de todo el mundo, inspiradora de la que aprender mucho y con la que es agradable compartir ideas, cafés, momentos, proyectos… Descubro nuevos espacios, proveedores, destinos, lugares para darme cuenta de que hay tanto por vivir, por ofrecer ¡por disfrutar! Y me imagino vuestros eventos en lugares sorprendentes y estupendos. Si me quedase sentada en la agencia…¡me perdería tantas cosas!
Así que aquí estoy, a 10.000 metros de altura, volando a IMEX, dispuesta a hacerme los 10.000 pasos diarios pateándome la feria, con la misma ilusión de hace 20 años de aprender, “volver al cole” apuntándome a todas las formaciones de sostenibilidad e IA y traeros de vuelta nuevas ideas para que vuestros eventos sean lo más: más creativos, 100% únicos y orgullosamente sostenibles.
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